Hace tiempo que en las ciudades no se pueden ver estrellas. La contaminación lumínica provocada por las farolas de las calles y otros elementos dificulta mucho la posibilidad de disfrutar de la imagen de un cielo estrellado. Eso es así en casi todo el litoral, como se puede comprobar por ejemplo en las imágenes tiradas por la Estación Espacial Internacional y también en los estudios de investigadores como Dominic Royé, que analizó la radiancia en las distintas costas de la Península Ibérica. Royé concluyó que la Costa da Morte era a zona de litoral con menor contaminación lumínica.
En efecto, parece que la Costa da Morte es un lugar privilegiado para observar el cielo nocturno, como se puede comprobar en las imágenes publicadas por aficionados y aficionadas a la fotografía. Es por eso que hace algunos días el conocido percebeiro y escritor Suso Lista denunció en las redes sociales el proyecto para instalar 15 farolas de 5 metros de altura cerca de la Playa del Osmo, en Corme (dependiente del Ayuntamiento de Ponteceso), un lugar que es empleado habitualmente para tirar fotografías tan espectaculares como en las que se aprecia perfectamente la Vía Láctea.
“Para que necesitan 15 farolas más al lado del mar? No debemos permitir está salvajada”, decía Suso Lista, en una protesta que recibió inmediatamente numerosos apoyos, entre ellos el de la Agrupación Astronómica Coruñesa Ío, que trabaja desde hace años en la concienciación sobre la importancia de la contaminación lumínica.
Precisamente la semana pasada la Agrupación Ío presentó por primera vez en Galicia el documental Saving the Dark (Salvar la oscuridad), proyectado en la Domus de A Coruña con motivo del Día Internacional de la Luz, que desde 2018 promueve cada 16 de mayo a UNESCO. Hace tres años Salva Bará (USC) y Martin Pawley (Agrupación Astronómica Coruñesa Ío) se encargaron de la traducción al gallego del vídeo Losing the Dark (La pérdida de la oscuridad), que contó con la locución de Belén Regueira.