El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, ha anunciado estas y otras medidas durante la presentación del balance de siniestralidad vial del año 2023 en la sede de la Dirección General de Tráfico, en la que ha puesto el foco en las muertes de motoristas, que han aumentado un 19% con respecto al año 2022. Para reducir estas cifras de siniestralidad, aparte de la obligatoriedad del casco integral o modular y de los guantes homologados, la DGT establecerá un curso obligatorio para los conductores del permiso B con tres años de antigüedad que quieran conducir motos de hasta 125 centímetros cúbicos. Asimismo, actualizará el contenido de los cursos de recuperación de puntos para incorporar un perfil específico para los motoristas que han perdido su saldo de puntos y para los que se programarán cursos de conducción segura y eficiente. La DGT también prevé que las empresas envíen a los empleados que dependan de la moto para realizar su trabajo a cursos de actualización de conocimientos o capacidades cada cinco o seis años y revisará el examen del permiso A, para motos de alta cilindrada.
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