La medida pretende estrechar el cerco a la inmigración ilegal, «con controles policiales flexibles y móviles en lugares cambiantes», explicó la ministra del Interior, Nancy Faeser.
«Tenemos que poner fin al cruel negocio de los traficantes, porque ponen en peligro vidas humanas para obtener el máximo beneficio. Por eso la Policía Federal realiza ahora controles prioritarios flexibles y adicionales a lo largo de las rutas de inmigración ilegal, en las fronteras con Polonia y la República Checa», explicó la ministra alemana.
Faeser considera que el Sistema Europeo Común de Asilo sigue siendo el proceso decisivo para reducir la creciente inmigración irregular, mediante un riguroso control y registro de todas las personas que entran por las fronteras exteriores de la Unión Europea, y que toda persona rechazada debe ser repatriada desde el lugar por el que entró.
El Gobierno alemán garantiza que está en estrecho contacto con sus homólogos checo y polaco para que las medidas aplicadas funcionen a ambos lados de las respectivas fronteras.