La Guardia Civil y la Policía Nacional detuvieron once personas, residentes en Galicia y Madrid, por tráfico de drogas, y se incautaron de 20 kilos de heroína, parte de ella localizada bajo tierra y lodo a 1,50 metros de profundidad.
La operación Fireball Kazino fue dada a conocer este lunes en conferencia de prensa por la subdelegada del Gobierno en A Coruña, Pilar López-Rioboo, el jefe superior de Policía de Galicia, José Luis Balseiro, y el jefe de la comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, Francisco Jambrina. Tras el registro “de un taller clandestino”, los agentes se incautaron de un total de 20 kilos de heroína, 400.000 euros, once vehículos, una escopeta recortada, un arma simulada, teléfonos, joyas y ordenadores. Tres de los detenidos son de nacionalidad albanesa, dos de nacionalidad rumana, cuatro colombianos y un matrimonio residente en Carballo (A Coruña).
Se realizaron cuatro registros domiciliarios: uno en la Illa de Arousa (Pontevedra), otro en Vigo, en Carballo y en Madrid. La subdelegada del Gobierno agradeció la labor de la Guardia Civil y de la Policía Nacional que trabajaron “en estrecha combinación y colaboración” para promover “la seguridad de todos los ciudadanos”. Segundo relató el jefe de la comandancia de la Guardia Civil de A Coruña, Francisco Jambrina, la investigación comenzó a principios de año al observar “un aumento de heroína en la zona de Carballo” y llegan, en un primero momento, al matrimonio residente en la zona de Goiáns. Las pesquisas llevaron la Guardia Civil a localizar una persona de nacionalidad albanesa, residente en la Illa de Arousa, que ya había sido detenida en 2017 por tráfico de drogas. A través de este sospechoso llegaron la otra persona de nacionalidad albanesa, residente en Madrid, momento en el que “salta una coincidencia” con una investigación de la Policía Nacional y acuerdan seguir con la operación conjuntamente.
La organización criminal tenía un taller clandestino situado en el polígono madrileño de Humanes. En el interior de una nave, los vehículos usados para la comisión de los delitos pasaban varios meses para ser transformados mediante la instalación en su carrocería e interior de sofisticados habitáculos de gran tamaño, recubiertos de plomo e imposibles de detectar, donde esconder la droga ante un eventual control policial. Cuando estos vehículos estaban preparados para realizar el transporte, eran rematriculados con placas de Rumanía y entregados a las personas que se encargaban de efectuar largos desplazamientos a bordo de los mismos hasta diversos países de Europa, principalmente los Países Bajos, donde eran cargados y regresaban nuevamente a España. Estos vehículos en ocasiones iban directamente a Galicia, y otras veces acudían a la nave clandestina de Madrid, donde la droga era traspasada a otros vehículos y transportada a tierras gallegas.
El pasado 23 de enero, los agentes encargados de la investigación detectaron que uno de los coches preparados en la nave de Madrid regresaba a España procedente de Holanda, iniciando su seguimiento hasta Vigo donde fue interceptado, hallando en el mismo ocultos en un habitáculo de gran tamaño en los bajos del vehículo 10,5 kilos de heroína. Entonces se realizaron las once detenciones y, en el registro efectuado en la vivienda unifamiliar de Carballo, se hallaron numerosas dosis de heroína y cocaína listas para su venta, así como 35.000 euros, una escopeta de repetición municionada y con el cañón recortado y un arma corta simulada. En la finca exterior de la casa, los perros especializados en detectar drogas localizaron un lugar concreto en el que podría esconderse droga. Tras excavar en él, los agentes encontraron a una profundidad de 1,50 metros una bolsa de gran tamaño que contenía en su interior perfectamente impermeabilizados más de 9,5 kilos de heroína en paques de la misma manera que los incautados días antes en el interior del vehículo en Vigo. A los efectos intervenidos se le suman 62 gramos de heroína y 93 gramos de cocaína preparadas para la venta inmediata a consumidores.
“Se prevé hacer alguna detención más”, aseguró Jambrina, que puntualizó que la operación no está cerrada. Asimismo, señaló que “unas 300.000 dosis” se podrían distribuir por la Comunidad Gallega. “Estamos hablando de un nivel de tráfico internacional, vendían a proveedores de menor escala. Nosotros solo llegamos a ese matrimonio pero probablemente habría más clientes a los que no pudimos llegar”, detalló. También lamentó que “un aumento en el consumo de heroína últimamente”, pero dijo que ahora, al contrario que nos años 80, se consume la mayoría de las veces “quemándola e inhalando los gases”, lo que conlleva “menos riesgo sanitario” que mediante inyección.