El acusado contó que antes de los hechos que se juzgan estuvo consumiendo alcohol con su pareja durante 14 horas seguidas, y dijo que «de lo que se me acusa me declaro inocente».
Contra la una y media de la mañana, dijo, decidieron coger el coche y marchar para casa. Añadió que habían ido todo el camino discutiendo, echándose en cara lo mucho que habían bebido, y que en un momento dado se elevó la tensión y que ella le había dado un golpe en la cara con la mano abierta.
Afirmó que había frenado y había parado el coche delante de la casa de una vecina y que habían comenzado a golpearse en el interior del vehículo y que él le había propinado golpes de muchas maneras, seguramente también con el puño cerrado. Contó que después de un tiempo, la víctima abrió la puerta del coche y que cayó para atrás.
Él también bajó, dijo, y le dio dos patadas en el culo. Después volvió a subir al automóvil y condujo hasta A Coruña. Llamó a su hermana, pero no le contestó hasta las siete y media de la mañana. Le confesó que había tenido una fuerte discusión con su mujer y que quería que lo acompañara a la policía para darles cuenta de los hechos.
La Fiscalía lo acusa de un delito de asesinato en grado de tentativa y pide 13 años de prisión. La acusación particular eleva la pena a los 17 años. Por su parte, la defensa descarta la intención de atentar contra la vida de la víctima y solicita un año de cárcel por un delito de lesiones agravadas.
El jueves 22 de febrero, las partes presentarán sus conclusiones finales y el juicio quedará visto para sentencia por un jurado popular.