El Gobierno y sus socios parlamentarios han sacado adelante este jueves en el Congreso de los Diputados la llamada ‘ley trans’, que reconoce la autoderminación de género y desarrolla una serie de medidas para garantizar los derechos de las personas LGTBI.
Con 188 votos a favor, 150 en contra y 7 abstenciones, la futura ley llega así a la recta final de su tramitación parlamentaria, después de unas negociaciones complicadas, primero en el seno del Gobierno, y posteriormente en la Cámara Baja, donde Unidas Podemos y PSOE mostraron sus diferencias en varios aspectos del texto.
La presidenta de la Comisión de Igualdad, diputada socialista y exvicepresidenta del Gobierno Carmen Calvo ha roto la dinámica de partido y se ha abstenido en esta votación, si bien el resto de diputados del PSOE ha apoyado la ley. «Estoy de acuerdo con que exista una ley, pero no esta ley», ha dicho a la salida del pleno, aunque ha matizado que tampoco coincide con el «no» de «las derechas» que nunca están «para proteger a estos colectivos».
La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha celebrado que la Cámara baja salde este jueves «la deuda» que el país tiene con las personas de este colectivo, dando «un paso muy importante para reconocer la libertad de determinación de la identidad de género y los derechos de las personas LGTBI».