El acto lo presidirá el papa Francisco y está previsto que asistan un millón de jóvenes, entre ellos, más de 80.000 peregrinos españoles. Para el alcalde de la ciudad, Carlos Moedas, estas jornadas suponen poner a Lisboa en el centro del mundo y va a dejar un gran retorno económico: «Si viene gente durante siete días a Lisboa, siete días que gasten 30 euros al día, son 300, 350 euros en esos siete días multiplicado por un millón de personas que serán más de eso, estamos hablando de centenas de millones», augura. Más de 16.000 agentes velarán por la seguridad de la cita y hubo que hacer un mayor esfuerzo por la cercanía que quiere tener el papa Francisco con los jóvenes. La guardia del Vaticano ya está en Lisboa y también van a contar con el apoyo de policías españoles.