Las negociaciones de los presupuestos europeos siempre han sido difíciles. Pero en esta ocasión lo son todavía más porque la marcha de Reino Unido deja un hueco en las finanzas comunitarias de 70.000 millones de euros.
Además los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea llegan muy divididos a la cumbre de Bruselas.
«Hay muchas preocupaciones, hay muchas prioridades e intereses, y el objetivo debe ser aunar los diferentes puntos de vista para tomar una decisión conjunta». ha explicado Charles Michel, el presidente del Consejo Europeo. «Los últimos pasos para alcanzar un compromiso son siempre los más difíciles. Pero creo que sobre la mesa hay todo lo necesario para tomar una decisión».
Hay al menos dos bloques claramente enfrentados.
El de los países nórdicos, conocidos como «los frugales», que quieren reducir las contribuciones a las arcas comunitarias al 1% de la Renta Nacional Bruta. Quieren poner menos dinero. Este bloque incluye a Austria, los Países Bajos, Suecia y Dinamarca.
El otro bloque es el de los «amigos de la cohesión», integrado por países del sur y el este de Europa, que quieren mantener un máximo de ayudas para la agricultura y los fondos estructurales.