El tiburón llegó vivo a la playa de Doniños, en Ferrol, pero murió poco después. Los servicios de rescate la llevaron aparte alta de la playa para que la marea no la arrastrara mar adentro. Los biólogos empezaron cogiendo las medidas externas del animal. Para ellos #tratar de un varamiento excepcional.
“Tiene mucho interés. Las muestras van a ser fundamentales para los estudios de parasitoloxía, genética o de contaminantes que se hagan con el CSIC, el Oceanográfico y la Facultad de Veterinaria de Lugo”, afirma Pablo Covelo, biólogo de la Coordinadora para el Estudio de Mamíferos Marinos (Cemma).
El tiburón peregrino que varó en Doniños es un ejemplar macho, de unos 8 metros. Es la segunda especie más grande del mundo, que puede llegar a los 12 metros. A mediados del siglo pasado era habitual que había habido agrupaciones de estos tiburones en la ensenada de Bares, donde llegó a haber una factoría que aprovechaba su aceite.