La cumbre informal de la UE celebrada en Granada se vio ensombrecida por los primeros ministros de Hungría y Polonia, que se opusieron a la publicación de una declaración conjunta centrada en la migración.
El resultado formal de la reunión obvió cualquier referencia a la política migratoria, una omisión flagrante dados los recientes acontecimientos en la isla italiana de Lampedusa.
Lo cierto es que no es la primera vez que Viktor Orbán y Mateusz Morawiecki unen sus fuerzas para desbaratar un comunicado del Consejo Europeo. Ya lo hicieron a finales de junio.
Ambos casos estaban relacionados con el Nuevo Pacto sobre Migración y Asilo, una reforma integral de la política migratoria del bloque que establece un sistema de «solidaridad obligatoria» para garantizar que los 27 Estados miembros, sin excepción, contribuyan a la gestión y acogida de los solicitantes de asilo.
El Nuevo Pacto, que se encuentra en fase de negociación, recibió el miércoles un fuerte impulso después de que el Consejo de la UE alcanzara su tan esperada posición sobre la quinta y última pieza del complejo rompecabezas: el Reglamento de Crisis.