Según informa el Instituto Armado, los hechos ocurrieron a raíz de que el Servicio Marítimo de la Guardia Civil observase cómo un varón llegaba en un vehículo y, tras aparcar en una explanada donde se depositan las redes de pesca, se bajó y recogió dos capachos negros ocultos con una red para meterlos en el coche.
Cuando reanudó la marcha, la Guardia Civil le dio el alto y procedió a identificar e inspeccionar el vehículo. Así, encontraron en los capachos los tres bogavantes –especie que está en veda– por un peso de 3,5 kilos y otros 22,7 de centolla, de los cuales 13,3 estaban ovados.
Además, los agentes le solicitaron la documentación que amparase la descarga y el transporte de esta mercancía, pero el hombre carecía de ella.
Por ello, la Guardia Civil procedió a la incautación de la mercancía y a la confección de las correspondientes actas-denuncia por infracción a la Ley 11/2008 de Pesca de Galicia. El crustáceo aprehendido que se hallaba con vida fue devuelto al mar.