Se hace através de la intervención «Espellos» realizada por el artista Manolo Paz con el objetivo de afianzar el vínculo de este complejo arquitectónico con la Ruta Xacobea y la ciudad de Santiago de Compostela. Manolo Paz aclaró que el nombre de Espellos proveen de esa imagen que todo caminante tiene en mente de la Catedral, como fin último de la peregrinación o del Camino, y que la ventana central de estas dos esculturas le permiten reflejar unos escalones antes de la llegada.
En esta conexión, el artista también precisó que la construcción en piedra —obtenida de la cantería compostelana de Lamas de Abade— remite ex profeso a los numerosos muros de los senderos interiores de las diferentes Rutas Xacobeas y como apostó por el doble arco —tan característico del románico y tan presente en el arte del Camino— para construir la apertura ocular interior desde la que se encuadra el visionado de la Catedral.
En esta argumentación simbólica, el artista también apeló finalmente a la cultura castreña, con tanto arraigo en Galicia, ya que en un juego de perspectiva los Espellos remiten a los castros celtas, en este caso elevados en vertical, en vez de xacentes en el suelo.