Hace dos décadas, Europa siguió, desde lejos, los horrores de los impactantes ataques terroristas del 11 de septiembre. Sin embargo, la UE se convertiría tiempo después en una nueva víctima del extremismo. Los europeos se vieron obligados a adaptarse a una amenaza silenciosa y aprendieron varias lecciones. La retirada estadounidense de Afganistán, 20 años después de su ocupación, ha dejado ahora un espacio para una nueva amenaza. El dominio de los talibanes podría convertir los intereses europeos en la región en un objetivo. Pero existen otros riesgos. Incluyendo a dos grupos presentes en Afganistán: Al Qaeda y el Daesh. Un aviso para Europa y el mundo, ya que Afganistán podría convertirse una vez más en terreno fértil para el crecimiento del extremismo.