Laxe | La Xunta declara Bien de Interés Cultural la iglesia de Santa María da Atalaia

El Consello de la Xunta viene de dar luz verde al decreto por el que se declara Bien de Interés Cultural (BIC) con la categoría de monumento y nivel de protección integral la iglesia de Santa María da Atalaia, en el ayuntamiento de Laxe. El documento, que entrará en vigor después de su publicación en el Diario Oficial de Galicia (DOG), culmina el proceso iniciado por la Xunta de Galicia en junio del pasado año cuando se había incoado el expediente y se dio comienzo con su tramitación.

El Gobierno autonómico realizó el procedimiento en menos de un año, reduciendo el plazo de dos anualidades previsto por la ley autonómica para este tipo de procedimientos, cumpliendo una vez más el compromiso de agilizar al máximo la gestión para seguir trabajando en la protección del patrimonio cultural. Además, el expediente BIC está avalado por un informe previo de la Real Academia Gallega de Bellas Artes y otro del Consello da Cultura Galega. Este último propuso una serie de mejoras que se tomaron en consideración para dar una mayor solidez a la declaración.

Las razones para esta declaración se centran nos sus valores constructivos; la implantación en la propia villa de Laxe; la relación que el inmueble mantiene con el mar y el paisaje marinero, formando con ellos un conjunto armónico, y su triple función: defensiva, civil y religiosa, que cumplió a lo largo de su historia. Además, hace falta destacar que el templo posee un conjunto escultórico y decorativo notable, en el que sobresale el retablo pétreo de la Resurrección que, por su calidad, temática y singularidad es un ejemplo singular del arte sagrado en Galicia.

Catalogación de 45 piezas

La iglesia responde a la orientación tradicional de los antiguos templos medievales y supone uno de los principales ejemplos del gótico marinero en la Costa da Morte. La cabecera mira hacia el este y el pórtico hacia el oeste. Su planta se desarrolla en un cuerpo de nave de tres tramos, separados por arcos doblados apuntados, que parten de columnas de fuste poligonal corto y se finalizan con un capitel decorado con temas vegetales, muy característicos del gótico tardío gallego. Hacia el exterior se presenta con sencillos y fuertes muros y uno porte sobrio en el que visualmente destacan los contrafuertes angulares que contrarrestan el peso de la bóveda.

A mayores del propio se incluyen en la declaración una serie de bienes muebles existentes en su interior que se integrarán en el Catalogo del Patrimonio Cultural de Galicia. Se trata de 45 elementos entre los que se incluyen varias imágenes y ornamentos religiosos, de los que destaca la Virgen de la Atalaia una escultura datada entre el siglo XV y XVI. Asimismo quedará incluido dentro del contorno de protección todo el recinto que se encuentra en el interior de la muralla.

Refuerzo de la protección

Esta actuación se enmarca en la apuesta del Gobierno gallego por la conservación del patrimonio singular y en la potenciación y reconocimiento de sus elementos claves, como recursos que sirvan de palanca de cambio para un desarrollo sostenible. En este sentido, la iglesia de Santa María de la Atalaia forma parte así de los 70 bienes declarados desde la entrada en vigor de la Ley 5/2016 del Patrimonio Cultural de Galicia, que facilitó la declaración y protección del patrimonio cultural con un concepto más amplio basado también en las relaciones territoriales y en el patrimonio inmaterial.

Así, a día de hoy, Galicia cuenta con 746 BIC, incluyendo entre las últimas incorporaciones bienes como el paisaje cultural de la Ribeira Sacra, las esculturas de la Catedral de Santiago atribuidas al Maestro Mateo, la Terraza de Sada o el Monasterio de San Martiño Pinario en Santiago de Compostela, entre otras. Además, el Gobierno gallego tiene iniciados ya los trámites para otras cinco declaración BIC que se irán resolviendo en los próximos meses.

El retablo de la Resurrección

La iglesia guardia en su interior una serie de bienes de gran relevancia, entre los que destaca el retablo pétreo de la Resurrección, un friso continuo compuesto por cinco bloques esculpidos sobre roca granítica de forma rectangular, de 450 cm. x 107 cm., descubierto en invierno de 1955 por la destrucción que un rayo causó en el retablo barroco que ocupaba este lugar.

La parte superior e inferior del retablo se delimita por una estrecha banda con ángeles orantes representados en busto, de aspecto basto con cabelleras esquemáticas. Cada una de las cinco escenas están enmarcadas entre unas columnas que soportan una arquería gótica, que divide los distintos bloques pétreos del retablo.

De izquierda la derecha el artista desarrolla el tema de la resurrección de Cristo en cinco escenas dispuestas con la siguiente orden: resurrección de Cristo, descenso de Cristo resucitado al Limbo, aparición de Cristo a la Virgen María acompañado por los justos liberados; las Santas Mujeres ante el sepulcro vacío y la aparición de Cristo a María Magdalena. La representación, en escultura pétrea, de la aparición de Cristo Resucitado a la Virgen María resulta excepcional en España.

Interior de la Iglesia_Turismo de Laxe_Miguel Muñíz.

Consideraciones históricas

Laxe era a mediados del siglo XV, además de una pequeña villa marinera −configurada alrededor de un núcleo más antiguo conformado entre las actuales calle Real y la plaza de Ramón Juega−, el puerto natural de las tierras de Soneira y, por lo tanto, del señorío de Altamira. Un clásico espacio portuario de fondo de ría que era de aquella la principal salida al mar de los territorios controlados y gestionados por los Moscoso de Altamira, que quedaba protegido desde una colina por la iglesia-fortaleza de la Atalaia o de la Esperanza, desde donde se dominaba prácticamente todo el valle fluvial.

La iglesia fue fundada por doña Juana de Castro Lara y Guzmán, condesa de Altamira, que inició su construcción a principios del siglo XV, sobre, probablemente, el solar que ya ocupaba una capilla previa del siglo XIII, justamente en el promontorio dominante de la villa medieval, desde el que se controlaba el puerto, la playa, la villa y la ría. La esas obras hace alusión su hija, doña Urraca, en su testamento manuscrito dos días antes de su muerte en el que dejaba una suma de dinero para finalizar las obras.

Templo y baluarte de Laxe

La iglesia no solo fue, desde sus orígenes, un lugar de culto y oración, sino que se significó además como espacio de protección física al contar con potentes muros de piedra, robustecidos por sus contrafuertes. Su concepción inicial respondía, por lo tanto, la dos funciones básicas: la finalidad religiosa se unía la de ser un baluarte defensivo, derivado de su situación estratégica, que permitía controlar los accesos a la villa tanto desde tierra como por mar. Esta característica se potenciará aún más con la construcción en el siglo XVI de una torre-campanario. Aumentando de este modo su capacidad para vigilar y advertir del peligro a los vecinos dispersos mediante lo repique de campanas.

Además en el atrio de la iglesia en las caras norte y este, estuvieron colocados unos cañones que tenían la finalidad de proteger el puerto y la villa de Laxe, aun así tanto la iglesia como la villa sufrieron en más de una ocasión el asalto y saqueo por parte de flotas enemigas o de piratas que se apropiaron de las reliquias eclesiásticas y de los bienes de gente local.

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