El Bergantiños logró cortar la sangría negativa de varias derrotas consecutivas tras la llegada de José Durán al banco. Aunque un empate no valga de mucho, es lo mejor que le pasó en semanas, por lo que hay que ser positivos y pensar que puede ser un punto de inflexión y todo puede cambiar para mejor, que mucha falta le hace al equipo, pero también a la sufrida afición. Partido con muy pocos acercamientos el que se vio este sábado en el campo municipal de As Eiroas. Ningún lanzamiento en la primera parte y en la segunda mejoró un poco la cosa pero sin demasiados alardes por parte de ninguno de los dos conjuntos. En una tarde fría y poco apacible, a quince minutos del final apareció el brasileño Vanderson para adelantar al Marino de Luanco. El mismo guión de siempre para el Bergantiños que rompió el capitán Agulló con una cabezada a la salida de un córner en la última jugada del partido. Tarde y arrastro, pero fue. En la próxima jornada toca salida y derbi en Compostela, un equipo técnicamente superior, instalado a rebufo del Arenteiro en la cabeza de la tabla.
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