Israel ha impuesto un bloqueo casi total al acceso de comida, agua, gasolina o medicamentos al que se añade ahora la interrupción completa de comunicaciones. La situación empeora por momentos y la agencia de la ONU para los refugiados afirmó que Israel intenta «estrangular» sus operaciones humanitarias en el enclave. La falta de combustible hace inviable el transporte de ayuda y otros servicios esenciales.
Los soldados israelíes continuaron registrando sin éxito los edificios del hospital de Al Shifa en busca de pruebas contra Hamás. Según la ONU en el hospital permanecen alrededor de 2.300 personas, entre pacientes y personal médico.
Desde el 7 de octubre, al menos 11.500 palestinos han muerto por los bombardeos israelíes en la Franja de Gaza; en su mayoría las víctimas mortales son niños y mujeres. Del lado israelí hay alrededor de 1.200 muertos y 240 rehenes secuestrados por Hamás.