Álvaro Dourado, presidente de la multinacional en España, reconoció en una reunión telemática con los representantes de los trabajadores que la situación de la fábrica mariñana es “crítica” en estos momentos, por motivo de los “problemas estructurales en el marco energético y la sobrecapacidad de la planta”, y explicó que esos problemas “no se solucionaron” y mismo se “vieron agravados por los bajos precios del aluminio en el mercado y la baja demanda del producto”.
La multinacional calcula que las pérdidas llegarán a los “50 millones de dólares por planta en el ejercicio de este año”. El órgano de representación de los trabajadores opina que tanto el Gobierno como Alcoa le volvieron a dar la espalda a la fábrica de San Ciprián. El comité solicitó una reunión de la Mesa Multilateral de Alcoa y pedirá un encuentro con el presidente de la Xunta, para que, “dada la falta de lealtad” de la empresa con los trabajadores y con la comarca de la Mariña, vincule “la ayuda del 30% a la inversión del gas al mantenimiento de la actividad productiva y el rebrascage de cubas”.