Como es tradición, el inicio del año siempre refleja unas cifras negativas en lo relativo a la creación de empleo. Y este 2020, no iba a ser una excepción. Con una caída de 244.044 personas, estamos ante la mayor bajada de afiliación en este mes desde 2013. La cifra queda fijada en 3,25 millones de parados. A pesar de estas cifras negativas, el número de cotizantes a la Seguridad social continúa por encima de los 19 millones.
Pero, ¿por qué es Enero tan mal mes para el empleo?
Por una parte asistimos al fin de muchos contratos temporales, principalmente en los sectores de hostelería y comercio minorista. Por otra parte concluyen también muchos compromisos laborales que se circunscriben al año natural. A lo que hay que añadir el enfriamiento económico.
Continuamos con la tendencia de creación de empleo, concretamente un 1,83% más que en el mismo mes del ejercicio anterior, pero con la salvedad de que, por primera vez desde verano del 2014, es por debajo de la marca del 2%.
Debemos señalar que las cifras son coincidentes en el tiempo con el Consejo de ministros del gobierno de coalición de Sánchez, donde se ha aprobado la subida del SMI (salario mínimo interprofesional) a 950 euros/mes, tras un acuerdo con la patronal y los sindicatos. Junto con la revalorización de las pensiones del 0,9% y la subida del sueldo de los funcionarios un 2%.
Si buscamos lo positivo lo encontramos en los números relativos a la desestacionalización. Al eliminar de los datos brutos las subidas y bajadas propias de las campañas turísticas, comerciales o agrícolas, observamos que continúa subiendo la afiliación. La tendencia de 6 años de recuperación del mercado laboral prosigue y su inercia no se detiene. Además, el número de afiliados en enero es el más alto de la serie en este mes. Sin embargo, en el haber negativo destaca que todavía hay un largo camino hasta llegar a la línea de los gráficos que establecían menos de 2 millones de parados, 1,8 millones y un 7,9% en el 2007, durante la antesala de la crisis.
Lejos quedan también los 6,2 millones de parados, 27,2% del 2013, cifra récord en nuestra economía actual. Aún así, poco consuelo es para los parados, tanto los jóvenes en busca de su primer empleo como parados de larga duración, así como aquellos que se quedan en el limbo de la edad, ni joven ni viejo, con unas peculiaridades y dificultades características.
Destacar la precariedad e inestabilidad como una característica reseñable en los últimos años. En España se firman cada año 20 millones de contratos, muchos de ellos de muy corta duración. Además sube el gasto en prestaciones por desempleo. Los servicios públicos de empleo (antiguo INEM) han tenido un 2,1% más de solicitudes en diciembre de 2019, que en el mismo mes del año anterior (2018). Asi como los beneficiarios de prestaciones por desempleo que suben un 7%, de diciembre del 2018 a diciembre de 2019.
El gobierno, sea del color que sea, ha de tener como prioridad la creación de empleo, y que éste sea de calidad. Para ello deberá fomentar las políticas que sean necesarias en este sentido, acabar con la precariedad y la inestabilidad.
Sacar a la gente del drama del paro es lo más urgente, devolviendo dignidad y acometiendo los esfuerzos que sean pertinentes para acabar con la lacra del siglo XXI. Priorizar partidas presupuestarias en este sentido y limitar gastos superfluos, de una vez, sería un magnífico comienzo.
ALEJANDRO LUIS OTERO JAMARDO