El número de víctimas mortales de los terremotos que sacudieron la costa occidental de Japón de la semana pasada aumentó a 126 este sábado. Las réplicas amenazan con sepultar más casas y bloquear carreteras cruciales para los envíos de ayuda. Las autoridades advirtieron de que las carreteras, ya agrietadas por las decenas de terremotos que siguen sacudiendo la zona, podrían derrumbarse por completo. Ese riesgo aumenta con la lluvia y la nieve que se espera durante los próximos días.
Entre los fallecidos se encuentra un niño de 5 años que se estaba recuperando de las heridas que le causó el agua hirviendo derramada sobre él durante el terremoto de magnitud 7,6 del lunes. Su estado empeoró repentinamente y falleció el viernes, según la prefectura de Ishikawa, la región más afectada. El número de muertos el sábado se elevó a 126. La ciudad de Wajima es la que ha registrado el mayor número de muertes, con 69, seguida de Suzu, con 38. Más de 500 personas resultaron heridas, al menos 27 de ellas de gravedad. Más de 200 personas seguían en paradero desconocido, aunque la cifra ha fluctuado. Once personas quedaron atrapadas bajo dos casas que se derrumbaron en Anamizu.