Podemos definir Metástasis, como la diseminación del cáncer de una parte del cuerpo en donde se formó originalmente, a otra parte del cuerpo. Cuando ocurre una metástasis, las células cancerosas se separan del tumor original (primario), viajan a través el sistema sanguíneo o linfático y forman un tumor nuevo en otros órganos o tejidos del cuerpo. El nuevo tumor metastásico es el mismo tipo de cáncer que el tumor primario. Por ejemplo: si el cáncer de mama se disemina al pulmón, las células cancerosas del pulmón son células del cáncer de mama, no son células del cáncer de pulmón.
Llamamos cáncer metastásico al producido a consecuencia del viaje desde el tumor original a otros tejidos y órganos.
En la actualidad, el cáncer metastásico es el responsable del 90 % de las muertes por cáncer.
Los investigadores estudian la metástasis y la forma de prevenirla. En esa línea, recientemente el investigador español Joán Massagué, director del Instituto neoyorquino Sloan Kettering (SKI) ha descubierto que las células que inician la metástasis, utilizan un mecanismo de reparación del cuerpo de forma dañina. Lo emplean para extender el cáncer a otros órganos. Lo que en tejidos sanos es beneficioso, resulta claramente pernicioso para éstas células iniciadoras de metástasis.
Los resultados de la investigación muestran una reprogramación de las células reactivando genes que no están mutados pero que estaban apagados. Con esta reprogramación, algunas células tumorales adquieren un comportamiento de células madre regenerativas, lo que les permite crear la metástasis.
Antes se creía que se iniciaban por mutaciones genéticas que habilitaban a las células del tumor primario para migrar a otros órganos. Según Massagué, debemos olvidarnos de las mutaciones, declara que no hay muchas, tal vez ninguna.
El equipo de Massagué ya ha desarrollado anticuerpos contra la molécula L1CAM, responsable de que numerosos tipos de células cancerosas puedan metastatizar con éxito en los órganos. Ahora se entiende la metástasis como la regeneración del tejido equivocado, del tumor en el lugar equivocado, en los órganos vitales distantes, explicaba el doctor español en la revista Cancer Nature.
También relacionado con la metástasis y recientemente, investigadores del Institut d´Investigació Biomèdica de Bellvitge (Idibell), han identificado una proteína que resulta determinante en la metástasis del rabdiosarcoma, el cáncer infantil más frecuente en los tejidos blandos. Casi el 5% de los tumores pediátricos y cuya tasa de supervivencia oscila entre el 60 y 70%. Publicado en Cancer Letters.
Los investigadores están realizando un trabajo encomiable, sensacional e impagable. Desde grandes equipos que cuentan con financiación y recursos, hasta otros más modestos, con menos dinero pero con enorme talento, ganas e ilusión, se obtienen resultados. Universidades españolas con equipos trabajando en precario obtienen muchas veces unos avances importantes. Deben contar con recursos y una financiación a la altura. Es en este campo donde un gobierno que presuma de preocuparse por lo que en verdad importa debe invertir, sin tapujos, con una visión clara de las posibilidades y el impacto del retroceso para con la sociedad que todo esto conlleva. Sin lugar a dudas, con una política efectiva y dotada de recursos (con mayúsculas), la investigación de la metástasis y otros campos también importantes acabarán logrando más victorias y éxitos. Es por tanto aquí, donde se debe poner el acento y el esfuerzo pues si no, estaremos ante un “delito” de lessa humanidad.
ALEJANDRO LUIS OTERO JAMARDO