El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha estado en la isla hawaiana de Maui, devastada por los incendios que han dejado 114 muertos y cientos de desaparecidos, y ha prometido ayuda a los supervivientes. Además, ha evaluado la respuesta de las agencias gubernamentales al que ha sido el incendio forestal más mortífero del país en el último siglo.
La respuesta inicial del mandatario a los incendios forestales de Maui generó críticas a principios de este mes, principalmente de los republicanos, que aprovecharon un período de silencio de casi cinco días entre los primeros comentarios de Biden sobre los incendios y la siguiente vez que abordó públicamente la tragedia.
Biden, por ello, ha aprovechado la ocasión para valorar el «liderazgo» de las autoridades al fuego, al tiempo que ha lamentado la impresión de «la devastación abrumadora». También ha defendido su actuación remarcando que «tan pronto como» recibió la solicitud del gobernador firmó el documento que declara el desastre mayor que movilizó la respuesta de todo el Gobierno, con la participación de la Guardia Costera y la Armada.