Científicos de la Universidad de Chicago han creado una herramienta llamada Glaze, capaz de proteger el trabajo de los artistas, y evitar que sea utilizado para entrenar a sistemas de inteligencia artificial. Esta herramienta funciona mediante el aprendizaje automático, calculando un conjunto de cambios mínimos en las obras de arte, de modo que parezca que no ha cambiado a los ojos de los seres humanos, pero que sea completamente diferente “a los ojos” de las IA. Para que lo entendamos, gracias a Glaze, se añadiría como una especie de segunda capa imperceptible en las imágenes originales digitales de las obras de arte, y que si bien se vería igual para los seres humanos, sería una obra diferente para una inteligencia artificial.
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