Dos jóvenes profesionales lucenses, Manuel Chadi y Hugo Rodríguez, preocupados ante la situación que se presentaba en pleno confinamiento, crearon un dispensador totalmente accesible, solar, sostenible y de alta capacidad. Después de semanas de desarrollo y trabajando exclusivamente con empresas autonómicas nace así el primer dosificador solar del mercado hecho en Galicia. «Esta idea nace provocada por la necesidad y el trabajo, ya que por el cese de actividad necesitábamos ideas nuevas para ofrecer comercialmente, y también porque queríamos aportar nuestra parte para frenar al virus», asegura Chadi. El dosificador solar está especialmente diseñado para su colocación en lugares públicos que alberguen una gran afluencia de gente como «parques, plazas o centros comerciales».
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