El Sindicato Labrego Galego registró un escrito en el que solicita una reunión con responsables de la Consellaría de Medio Ambiente para hablar de la declaración de emergencia cinegética y la apertura permanente de la veda de caza al jabalí en las comarcas de Viana, Deza, Betanzos, Eume y Terra Chá, confirmada esta semana por su publicación en el Diario Oficial de Galicia. Esta medida, ya anunciada por Medio Ambiente en días pasados, provocó el rechazo tanto de colectivos de cazadores, como de ecologistas y de las propias organizaciones agrarias. El objetivo de la reunión solicitada sería el de buscar una solución realista a un gravísimo problema que amenaza a las actividades agroganaderas y el equilibrio ecológico de la fauna salvaje. El documento fue presentado en el Registro General de la Xunta, en Compostela, por el vicerresponsable de Huerta del SLG, Henrique Outes, por ser este, junto con el de vacuno, uno del sectores agroganaderos más castigados por los ataques de los jabalís. Para el Sindicato Labrego Galego, cualquier decisión que se tome en esta polémica cuestión debe partir del consenso de los diversos agentes implicados y basarse en estudios científicos que avalen la estrategia a desarrollar. Por el contrario, dejar toda la responsabilidad del control poblacional del jabalí a la libre voluntad de los tecores (territorios cinexeticamente ordenados), sin tener conocimiento de ningún informe solvente que avale tal decisión, los parecen pura improvisación y una clara evasión de responsabilidades posiblemente forzadas por la inminencia de una nueva cita electoral. En la reunión solicitada, desde el SLG esperan que la Consellaría de Medio Ambiente dé a conocer, si los hubiera, los estudios e informes en los que basó su decisión; que les forzó a tomar esta manera de solucionar el problema, precisamente, y no otro; y, en caso de haber otras vías de control menos polémicas y posiblemente, más efectivas, dialogar e intentar conseguir consensos sobre las medidas a tomar para hacer un control efectivo de la fauna salvaje en Galicia para garantizar, cuando menos, la convivencia entre las actividades agroganaderas y la biodiversidad.
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