La Amazonia está en llamas, y cada día que pasa el fuego y las cenizas se adentran más y más en uno de los pulmones de la Tierra.
La deforestación de la mayor selva tropical del mundo se disparó en más de un 88% en junio, en comparación con el mismo mes del año pasado. Es también el segundo mes consecutivo de la creciente destrucción de los bosques bajo la presidencia de Jair Bolsonaro.
«Exactamente ahora mismo hay una sequía en la región de la selva amazónica, y en ese tiempo los que se apoderan de la tierra, los madereros, los invasores de tierras públicas, los que talan el bosque, los que ganan dinero con la destrucción, están avanzando hacia el bosque. Es exactamente en este momento cuando el gobierno debería estar aumentando las inspecciones, pero lo que estamos viendo es una disminución, una disminución en el presupuesto, un Presidente de la República que lucha contra esos inspectores, un Ministro del Medio Ambiente que persigue a esos inspectores y no les permite hacer su trabajo», aseguró al portal Euronews el coordinador de política pública de Greenpeace Marcio Astrini.
En sólo un mes la selva amazónica ha perdido 920 kilómetros cuadrados de superficie, casi 4 veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires. Cifras que segundo el ejecutivo de Bolsonaro han sido manipuladas.
Por ahora los datos siguen haciendo presión a las políticas ambientales de Brasil, que durante la firma del Acuerdo de París en el 2015, se había comprometido a reducir en al menos 37% hasta el 2025, respecto a los niveles del 2005, sus emisiones de gases de efecto invernadero, y en hasta un 43% hasta el 2030.
Fuente: Euronews