España se prepara para un cambio significativo en 2024: el periodo de cálculo para determinar las pensiones aumentará de 22 a 23 años, marcando una evolución sustancial respecto a las normativas vigentes desde 2019.
De cara al 2024, los españoles que aspiren a retirarse con el 100% de la pensión deberán tener al menos 65 años y 10 meses, una edad que se eleva ligeramente en comparación con el año 2019. Esta modificación es un eco de la reforma de pensiones de 2013, que propuso un incremento gradual en la edad de jubilación de los 65 a los 67 años en un horizonte total de 15 años.
Por ello, aquellos que acrediten menos de 37 años de cotización enfrentarán la necesidad de trabajar hasta los 65 años y 10 meses para recibir la pensión completa, en comparación con los 65 años y ocho meses requeridos para quienes tenían menos de 36 años y nueve meses cotizados en 2019.
Por otra parte, los trabajadores que superen los 37 años de cotización podrán jubilarse a los 65 años con la totalidad de su pensión. Este umbral no altera el requisito de cotización mínima establecido en 15 años, de los cuales al menos dos deben estar comprendidos en los 15 años previos a la jubilación.
Estas medidas subrayan el compromiso del gobierno español con un sistema de pensiones sostenible y adaptado a la realidad demográfica actual, garantizando así la viabilidad futura del sistema de seguridad social y la protección económica de las generaciones venideras.