El Reino Unido y la Unión Europea (UE) han alcanzado un acuerdo pesquero para facilitar la entrada de barcos europeos a los caladeros británicos durante 12 años, hasta el 2038. Es una de las patas de un pacto más amplio entre las dos potencias que han decidido asociarse en materia de seguridad y defensa. El pacto se compromete también agilizar las exportaciones británicas hacia la UE, con procesos de estandarización de la producción alimentaria y los controles veterinarios en la frontera. Es la contrapartida por la extensión del acuerdo pesquero —se firmó en 2020 y caducaba el año próximo—, una decisión controvertida para la opinión pública británica. También se llegó a un entendimiento para «cooperar» en un programa de movilidad juvenil, que contemplaría la introducción de cuotas y sería limitado en el tiempo, según el comunicado de Londres, que a pesar de todo no ofreció más detalles sobre este punto, un de los que más interés levantaba entre los Veintisiete. Para terminar, se han cerrado colaboraciones respecto al mercado energético y el control de la inmigración irregular.
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