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La empresa catalana Pirotecnia Igual trabajó con un presupuesto de más de dos cientos mil euros para hacer que la noche se volviera día en las cinco localizaciones desde las que se lanzaron los fuegos. Esos lugares fueron el parque Eugenio Granell, el Carlomagno de las Fontiñas, Santa Susana en la Alameda, Las Cancelas y la Cidade da Cultura. Cómo otros años, una gran afluencia de gente, tanto gallegos como turistas que aprovechan las fiestas de Santiago para visitar la ciudad, disfrutaron con el espectáculo desde muchos puntos de la ciudad y sus aledaños.