El presidente de el Gobierno español, Pedro Sánchez, forzó un receso en la reunión de el Consejo Europeo tras mostrar su enfado por las filtraciones que lo acusaban de estar dispuesto a vetar las conclusiones. Sánchez abandonó la sala molesto por un tweet que se hacía eco de que España podía vetar el acuerdo por no incluir sus demandas. Pero Pedro Sánchez, en la posterior conferencia de prensa con su homólogo portugués Antonio Costa, aseguró que la filtración era engañosa porque en ningún momento España pretendió ejercer ese veto. Insistió en que la reunión fue intensa pero siempre constructiva.
Por lo tanto, los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea (UE) han acordado reconocer a España y Portugal como una «isla energética», lo que permitirá reducir el precio del gas inmediatamente y repercutirá directamente en el de la electricidad. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, venía reclamando en los últimos días que los Veintisiete tomasen en cuenta la situación especial de la Península Ibérica en materia energética y, tras un tenso debate, y ante la negativa de países como Alemania o Países Bajos, se ha conseguido finalmente este objetivo.
«Por fin se reconoce la singularidad de la Península Ibérica en la política energética europea», ha recalcado Sánchez al término del encuentro, donde ha comparecido junto al primer ministro portugués, António Costa, para simbolizar la unidad de criterio de los dos países en sus demandas. Se trata de una medida «excepcional y temporal», ha dicho Sánchez, que deberá contar con la aprobación final de la Comisión Europea. «A principios de semana enviaremos la propuesta a la Comisión y, a partir de ahí, tenemos el compromiso de poder actuar de manera inmediata», ha concluído.