Todavía no ha transcurrido ni una semana desde el Brexit, y Londres ya ha inciado contactos con Australia para negociar un acuerdo comercial. Aunque ha dejado claro que no entraría en vigor antes de que finalicen los once meses del periodo de transición.
«Hemos hablando mucho de la Gran Bretaña global una vez estemos fuera de la UE, y para nosotros es una visión ambiciosa que nos da confianza y nos sitúa ante un objetivo global», ha explicado Dominiq Raab, Secretario de Estado británico para Asuntos Exteriores.
Reino Unido tiene prisa por llegar a un acuerdo con Australia para demostrar que tiene opciones más allá del bloque comunitario.
La tensión entre Londres y Bruselas se están haciendo palpables en la toma de posiciones previa a las negociaciones. Reino Unido ya ha dicho que rechaza algunos de los postulados europeos, como la obligación de respetar un nivel mínimo de estándares.
Y la idea de cerrar un acuerdo a la australiana, como propone Londres, no acaba de cuajar. Porque como recuerda el exdirector de la Organización Mundial de Comercio, ni tan siquiera existe un acuerdo entre la Unión Europea y Australia.