El presidente del Gobierno en funciones y candidato a la investidura, Pedro Sánchez, ha defendido los logros “incuestionables” de su Ejecutivo y ha pedido la confianza al Congreso de los Diputados para reeditar “cuatro años más de estabilidad, de convivencia y progreso”. También ha defendido la amnistía a los implicados en el ‘procès’ como una “muestra de fortaleza” de la Constitución y un modo de “impulsar convivencia y perdón”. Y ha advertido contra una “derecha reaccionaria” e “involucionista” que solo promueve “resentimiento y odio” e instiga la “rabia social”.
Precisamente, Sánchez ha iniciado su intervención en el primer día del debate del pleno de investidura mostrando su “respeto” y “reconocimiento” a las personas que se han manifestado en los últimos días contra la amnistía convocados por PP y Vox de forma “libre y legítima” pero, sobre todo, de forma “pacífica”. Y es que en las últimas semanas, algunos radicales han protagonizado disturbios violentos en la sede del PSOE en Ferraz durante las protestas. Sánchez ha recordado que la “forma superior” de ejercer la democracia es votar en las elecciones, como las del pasado 23 de julio, y que su investidura será resultado de la “voluntad del pueblo español a través de sus representantes”.
Alberto Núñez Feijóo ha llamado a «encender todas las alertas democráticas» ante un candidato al que ha acusado de «corrupción política» y de «humillarse a sí mismo y humillar a su partido» por pactar una amnistía con ERC y Junts, ante los aplausos constantes de su bancada, que le han coreado al término de su intervención con gritos de «presidente, presidente». Feijóo ha llegado a decir que Sánchez tiene una «patológica ambición» y que está dispuesto a todo para mantenerse en el poder, para acusarle también de cambiar el modelo autonómico «por la puerta de atrás» y consumar «el mayor retroceso de los ciudadanos» desde la Transición. Cree Feijóo que la investidura «nace de un fraude», en referencia a una amnistía «que no se votó en las urnas». En un durísimo discurso centrado en exclusiva en atacar a Sánchez, le ha acusado de «vender por un puñado de votos su dignidad», de haber «perdido el poco crédito que le quedaba» y de estar ante un «delirio».
El líder de Vox, Santiago Abascal, ha acusado a Pedro Sánchez de «preparar un golpe de Estado» con su ley de amnistía y ha considerado que su investidura «es el fin de la democracia», por lo que lo ha comparado con «los peores tiranos y criminales de la historia», como «Hugo Chávez, Maduro o Hitler».