Las energías renovables constituyen de media, a día de hoy, el 40 % de la demanda de energía eléctrica. Se espera, según el Ministerio para la Transición Ecológica y en consonancia con los objetivos de la Unión Europea, sea del 74% para el 2030.Con el cierre total de las centrales de carbón y continuidad de las de ciclo combinado con gas natural como respaldo del sistema eléctrico.
La revolución verde y la consecución de unos objetivos de implantación e implementación de las energías renovables se atisba en el horizonte del medio plazo, cada vez con mayor nitidez.
Dentro de todo este conglomerado de posibilidades existe en Galicia la importantísima fuente de energía a explotar que está mar adentro. Nuestra comunidad autónoma ya es una potencia en la generación de energía eólica pero la explotación de esta energía “off shore” es un camino a seguir. La capacidad de producir energía eólica marina constituye una tecnología en desarrollo con unos precios que empiezan a ser competitivos.
Tenemos en Portugal un ejemplo clarificador. Una experiencia descriptiva, donde Windplus, S.A, filial de la portuguesa EDP Renovables, con 79,4 %, junto con la española Repsol que participa con el 19,4%, además de Principal Power Inc, con el 1,2% presentan el primer parque flotante de Europa, a 20 km de de Viana do Castelo y a 60 km de Tui.
Con una inversión de 125 millones de euros, de los cuales 60 son aportados por el Banco Europeo de Inversiones. Cuenta además con casi 30 del programa NER 300 de la Unión Europea y hasta 6 del gobierno portugués.
Dicho proyecto presenta 3 aerogeneradores V164-8.4 MW con una altura máxima de 190 metros, asentados sobre unos cimientos triangulares semisumergibles y a una profundidad de 100 metros. Señalar que la primera estructura de las tres fue construida en Fene, con el consiguiente beneficio económico para Galicia.
La viabilidad del plan está apoyado en un modelo prototipo que funcionó de 2011 a 2016, produciendo energía de forma ininterrumpida durante esos 5 años, además de aguantar condiciones extremas.
Sin embargo, no es oro todo lo que reluce y también presenta inconvenientes. Hay problemas tanto en la plataforma como en el cable submarino para las comunidades pesqueras. Esto llevo a que embarcaciones portuguesas de bajura bloqueasen el acceso al puerto de Viana do Castelo a principios del pasado mes de septiembre. Como consecuencia de esto, algunas embarcaciones que lucen pabellón luso han recibido un millón de euros en indemnizaciones. No extensivo a barcos gallegos próximos al foco del problema.
Otro inconveniente es el del impacto visual sobre la costa, que recomienda alejar estas estructuras a, por lo menos 45 km, dejando muy cortos los 20 km actuales.
En Galicia, la Xunta advierte que la tramitación de cualquier tipo de plan sobre las aguas es competencia del estado, según la última sentencia del Tribunal Supremo en el 2016. Dicho esto, también incide en que se garantizaría el respeto al paisaje y a los ecosistemas de nuestras rías, así como del resto de nuestras áreas de pesca y marisqueo.
El motivo por el que todavía no hay aprovechamiento de los 6000 km de costa existentes en España por una parte es que todavía quedan buenas localizaciones en tierra firme y, por otra parte que el coste debe seguir abaratándose. Algo que desde el Ciemat (Centro de investigaciones energéticas medioambientales y tecnológicas) señala va a producirse cada vez con mayor intensidad.
Una importante diferencia existente entre la eólica marina y la marina terrestre es que para la primera no hay barreras y en algunos casos la producción energética puede ser del doble.
Las ventajas que existen, costes bajos, energía verde, etc, si somos capaces de subsanar los inconvenientes que también presentan, hacen que estos aerogeneradores marinos sean muy prometedores y constituyan un eje positivo en el desarrollo económico de Galicia. Ora bien, deben además beneficiar al consumidor consiguiendo un ahorro notable en la ya tan elevada tarifa energética. Es hora de conseguir beneficios a todos los niveles. No solo económicos para las grandes empresas, también para el usuario particular, comunidades de vecinos, pymes, pequeñas y medianas empresas. Y al mismo tiempo, cuidar nuestro planeta con hechos.
ALEJANDRO LUIS OTERO JAMARDO