El canciller Olaf Scholz ha anunciado ante el Parlamento una inversión masiva de cien mil millones de euros para modernizar sus Fuerzas Armadas alemanas y un aumento de la inversión en Defensa por encima el 2 % del PIB anual del país. Este discurso marca un drástico cambio de rumbo para Alemania, que ha sido blanco de críticas en los últimos años por parte de Estados Unidos por sus reticencias a invertir en Defensa, a la altura de las demandas de la OTAN, pese a la vetustez de sus cazas, buques de guerra y blindados, denunciada por altos mandos militares. Según Scholz, Alemania necesita ahora unas Fuerzas Armadas «de última generación» para proteger al país, entre otras amenazas, de la que representa la Rusia de Vladímir Putin. Alemania también rompió con otro de sus grandes principios, el de no proporcionar armas a países en guerra, al anunciar que enviará a Ucrania 500 misiles Stinger y mil lanzagranadas antitanque.
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