Boris Johnson intentará de este modo frenar la revuelta política y popular en que se está viendo envuelto con una caída de su popularidad de hasta el 22 %. Después de las disculpas de la semana pasada, la última de las decisiones que parece tomará el primer ministro será la de prohibir el alcohol en las dependencias del Gobierno en el que la prensa inglesa llama ya la imposición de la “ley seca”. Se esperan además despidos dentro de su círculo más próximo de asesores por ser considerados los incitadores de las nominadas fiestas que parecen no tener fin. La última de ellas, que acaba de salir a la luz, la décima, se celebraría en Downing Street en la Navidad de 2020 y se trataría de la despedida de uno de sus asesores, en la que Johnson estaría presente, pero pensaba que se trataba de un evento “estrictamente de trabajo”.
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