- Gavi, la OMS y UNICEF instan a continuar con las campañas de vacunación contra enfermedades mortales que se pueden evitar con vacunas
La pandemia de la COVID-19 está causando graves problemas en el ámbito económico, social y sanitario, entre ellos, la interrupción de los servicios esenciales de inmunización en todo el mundo. Como consecuencia, millones de niños (tanto de países ricos como de países pobres) están en peligro de contraer enfermedades como la difteria, el sarampión y la poliomielitis.
Se trata de la grave advertencia de la Organización Mundial de la Salud, UNICEF y Gavi, la Alianza para las Vacunas, con motivo de la Cumbre Mundial sobre las Vacunas que se celebrará el próximo 4 de junio y que reunirá a los dirigentes mundiales para tratar de mantener los programas de inmunización y mitigar el impacto de la pandemia sobre los países de bajos ingresos.
Según los datos recopilados por la Organización Mundial de la Salud, UNICEF, Gavi y el instituto para las vacunas Sabine Vaccine Institute, la prestación de servicios sistemáticos de inmunización se ha perturbado considerablemente en al menos 68 países, lo cual podría afectar a los aproximadamente 80 millones de niños menores de un año que viven en esos países.
De los 129 países de los que había datos disponibles, en más de la mitad (un 53%) se registraron interrupciones entre moderadas y graves o la suspensión total de los servicios de vacunación durante los meses de marzo y abril de 2020.
“La inmunización es uno de los instrumentos de prevención de enfermedades más poderosos y fundamentales de la historia de la salud pública”, aseguró el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la Organización Mundial de la Salud. “La interrupción de los programas de inmunización por la pandemia de la COVID-19 podría paralizar décadas de avances contra enfermedades que pueden evitarse con vacunas, como el sarampión”.
Las razones que explican la interrupción de los servicios varían. Algunos padres se muestran reacios a salir de sus casas por las restricciones a los desplazamientos, la falta de información o porque temen infectarse con el virus de la COVID-19. Además, no todos los trabajadores sanitarios están disponibles debido a las restricciones a los viajes o por haber sido reubicados para dedicarse a las labores de respuesta a la COVID-19. En otros casos, hay escasez de equipos de protección.