Irmgard Fuschner tiene 97 años, pero en su juventud fue secretaria en un campo de concentración nazi. Ahora, un tribunal alemán la ha condenado a dos años de libertad condicional porque la considera cómplice de casi 11.000 asesinatos. Varios supervivientes del campo declararon en su contra en el juicio, el primer proceso contra un empleado civil. El campo de Stutthof, donde Irmgard trabajó, fue el destino de polacos, soviéticos y judíos procedentes de diferentes países. Se calcula que unas 60 000 personas murieron allí por inyecciones letales, fusilamientos, frío o inanición.