El buque de aprovisionamiento Patiño regresó este domingo a su base después de casi dos meses y medio de operaciones en el Mediterráneo oriental dando apoyo logístico a la flota de la Alianza Atlántica. Es una historia de ausencias y reencuentros con dos miradas. Una es la de los que esperan en tierra más de dos meses después de la despedida forzosa. La otra es la mirada de los que regresan tras una operación exigente muy lejos de casa. La mirada de ciento noventa hombres y mujeres que partieron el 27 de septiembre para apoyar la misión preventiva de respuesta de la OTAN a la invasión rusa de Ucrania en el Mediterráneo oriental. El Patiño amarró en el muelle diez de Navantia minutos después de las once y media de la mañana de este domingo. Las dos miradas, la de los que quedaron y la de los que marcharon, se volvieron a encontrar.
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