Tras semanas atrincherados en los sótanos de la planta siderúrgica de Azovstal, 265 soldados ucranianos han sido trasladados por las tropas rusas a zonas bajo su control. Más de cincuenta heridos graves han sido hospitalizados. Ucrania asegura que serán intercambiados por prisioneros rusos en el futuro. Rusia, cuya artillería ha martilleado Mariúpol, durante semanas, libera así fuerzas para concentrarlas en la región de Donbás, donde la guerra de trincheras hace estragos con pocos avances.
Amnistía Internacional expresó este martes su preocupación por el destino de los defensores de la acería Azovstal que se entregaron al Ejército ruso.
En las zonas que aún están bajo control ucraniano, los soldados y la población se preparan para afrontar nuevos ataques del ejército ruso. En primer lugar bombardea masivamente las posiciones que tiene como objetivo declarado invadir más adelante. Este martes, ocho personas murieron en un ataque ruso contra Desna, una ciudad al norte de Kyev que alberga un campo de entrenamiento militar. Los refugios para desplazados están desbordados.