El papa Francisco inició este viernes su visita de tres días a Budapest para explicar al Gobierno y al pueblo húngaros su visión del futuro de Europa. Se trata de un viaje espiritual que, en verdad, difícilmente puede separarse de su contenido político. Se espera que el conflicto en Ucrania sea uno de los temas principales a abordar durante su visita. Francisco se reunió con el primer ministro húngaro, Viktor Orbán, que, de manera algo similar a la del pontífice, aboga por la paz en Ucrania sin tener que cortar lazos con Moscú. Ambos mantienen sin embargo posturas radicalmente distintas en cuestiones como la inmigración. Y es que si bien es cierto que a lo largo de los últimos meses el Gobierno húngaro ha acogido a cientos de miles de refugiados ucranianos, Orbán mantiene igualmente una política de puño duro contra la migración procedente de otros países que llegan a sus fronteras por la ruta balcánica.
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