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No es la primera vez que el papa tiene que renunciar a la lectura de su discurso y en los últimos días aludió a la persistencia de un «resfriado». «Me alegro de verles. No me recuperé y por eso no puedo leer bien mi mensaje. Lo hará monseñor Ciampanelli. Gracias«, explicó al inicio de la audiencia en el aula Pablo VI del Vaticano, donde recibió este sábado el personal y pacientes del hospital pediátrico vaticano Bambino Gesù, uno de los hospitales pediátricos de referencia en Europa que este año celebra sus cien años como propiedad de la Santa Sede. Francisco también bendijo las personas enfermas y sus familias, y mismo firmó autógrafos escribiendo la letra «F» sobre el papel.