El Tribunal Superior de Xustiza de Galicia viene de ratificar la condena contra Navantia y su predecesora, Izar Construcciones Navales, por su responsabilidad en la enfermedad contraída por un trabajador del astillero entre 1973 y 1986 fallecido en 2015 a consecuencia de una abestose de larga duración, dolencia provocada por la exposición al amianto, material que este operario manipuló durante sus años en la antigua Bazán.
En su sentencia, el juzgado subraya que la compañía no facilitaba máscaras a los trabajadores, que tampoco recibían “información expecífica” sobre su exposición al amianto o las mediciones sobre su presencia en el aire. Además, tampoco era obligatoria la ducha o lavado una vez finalizada la jornada en los astilleros y los empleados tenían que llevar su ropa para sus domicilios.
La resolución de la Sala de lo social del alto tribunal gallego desestima el recurso presentada por las demandadas —Izar, en liquidación, y Navantia— por la viuda del operario, a la que se reconoce el derecho a percibir uno recargo de 40% de su prestación por viudedad. El veredicto del TSXG, contra lo que cabe recurso de casación para la unificación de doctrina, ratifica la sentencia del Juzgado del Social número dos de A Coruña, que condenó las responsables del astillero por la enfermedad contraída por este empleado que desempeñó su actividad entre 1980 y 1986 como andamiero y tubero. Sus tareas en el astillero eran, fundamentalmente, el revestimiento de los tubos que estaban fabricados con amianto, con el que, como determinó la Justicia, estaba muy expuesto a este material que provocó la enfermedad que padeció hasta su muerte en 2015