Europa y el G7 han recrudecido la guerra energética contra Rusia y la han atacado donde más le duele: los ingresos del petróleo. Este lunes han entrado en vigor las sanciones más duras hasta la fecha contra Rusia: la UE ha prohibido la importación de crudo ruso por vía marítima.
Además, también ha prohibido a navieras y aseguradoras europeas transportar petróleo ruso a terceros países si se vende por encima de 60 euros el barril. «Sobre el precio que se ha fijado, estamos en medio de dos puntos. Por una parte, queremos reducir los ingresos que Putin obtiene del petróleo, porque con ellos está financiando su horrible guerra y todas las atrocidades que los rusos están cometiendo en Ucrania. Y por otra, estamos en estrecho diálogo con nuestros socios transatlánticos y creemos que no debemos perturbar los mercados internacionales del petróleo. Eso no nos ayudaría», ha explicado el vicepresidente de la Comisión Europea.
Las exportaciones de petróleo de Rusia son enormemente importantes a nivel mundial. Después de Arabia Saudí, es el segundo exportador mundial de crudo. En 2021, cerca de la mitad de esas exportaciones iban destinadas a Europa. La UE es el mayor proveedor de buques y aseguradoras por eso es tan importante impedir que los petroleros europeos se alíen con países como China o India… si no aceptan el tope de precios.