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Este supertifón, como lo han bautizado las autoridades, llega con fuertes lluvias y vientos que superan los 200 km/h. Se ha declarado la alerta roja, una medida que afecta a decenas de millones de personas. En Hong Kong se han cerrado escuelas y comercios en toda la ciudad, y entre sus habitantes se extiende una sensación de miedo. La inminente llegada de Saola paralizó el transporte aéreo en Hong Kong, donde se han cancelado o retrasado más de 400 vuelos. El tráfico terrestre funcionaba con relativa normalidad, aunque algunas rutas de autobús estaban limitadas.