También ha perecido el presunto autor del tiroteo, que fue abatido cuando intentaba darse a la fuga. Según medios locales, la policía está buscando a otros posibles implicados. El atentado, el más mortífero de los últimos años en Israel, se ha producido en Neve Yaakov, un asentamiento de colonos judíos en el Jerusalén este ocupado, donde se ha desplegado un amplio dispositivo policial. Milicias palestinas lo han celebrado como una venganza tras la muerte el jueves de 10 palestinos por fuerzas irsaelíes. Tras el ataque, el movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto la Franja de Gaza, celebró el ataque a través de los altavoces de las mezquitas, pero sin adjudicárselo. También se escucharon disparos al aire en el enclave costero mientras numerosos automovilistas sonaban sus bocinas gritando «Dios es grande».