Los expertos afirman que Robotine en el sur y Kupyansk en Járkov siguen siendo puntos clave en la ofensiva. Las tropas ucranianas están bajo constante fuego de drones. Pero la misión sigue siendo eliminiar el puente terrestre entre Rusia y Crimea, y aislar a las fuerzas de Moscú en las áreas ocupadas del sur.
El mando ruso es consciente del peligro de un gran avance: grandes reservas de las Fuerzas Armadas rusas han comenzado a llegar a la zona de Robotine.
Pero ninguno de los ejércitos puede funcionar sin municiones y el ministro de Defensa ruso, Sergei Shoigu, ha dicho a los trabajadores de una planta militar en la región de Tula que establezcan una producción ininterrumpida las 24 horas. Shoigu también viajó recientemente a Corea del Norte para intentar convencer a Pyongyang de que venda municiones de artillería a Rusia.