En 72 horas, las llamas del centenar de incendios que asolaron el principado de Asturias ya han acabado con miles de hectáreas. Avivadas por rachas de vientos de hasta 100 kilómetros por hora y temperaturas que rondan los 30º C, han obligado a desalojar a 400 ciudadanos, cerrar colegios y cortar carreteras.
Las lluvias y el cambio de dirección del viento han contribuido este sábado a hacer frente a esta oleada de incendios, la peor desde 2017 tras haber quemado ya unas 11.000 hectáreas, y reducir a una veintena el número de focos, ya estabilizados. La mejoría de la situación ha llevado al Gobierno del Principado a rebajar a fase 1 la situación de emergencia del Plan Especial de Protección Civil por Incendios Forestales (INFOPA), al no haber peligro para las personas y sus bienes.
El consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial del Gobierno de Asturias, Alejandro Calvo, dijo a los medios nacionales que las llamas son intencionadas: “No sabemos cuál es el fondo, pero evidentemente es una oleada de incendios provocados que no tiene precedentes”.