Los llamamientos a la calma se suceden en todo el mundo, ante la peligrosa escalada en la que ha entrado el conflicto palestino-israelí, con dos ataques armados en menos de 24 horas en Jerusalén Este. En el último ataque, este sábado, un adolescente de 13 años abrió fuego e hirió de gravedad a un padre y su hijo en el asentamiento judío Ciudad de David. La Policía confiscó el arma y trasladó al adolescente, que resultó herido, a un hospital. La noche del viernes, un palestino de 21 años mató a tiros a siete personas e hirió a otras tres ante una sinagoga, en el ataque más sangriento en Israel desde 2011. Ocurrió en Neve Ya’akov, un asentamiento de colonos judíos en Jerusalén este ocupado. Los dos últimos atentados ocurrieron después de que el Ejército israelí llevara a cabo el jueves una sangrienta incursión en la ciudad cisjordana de Jenín, que dejó diez muertos y una veintena de heridos.