En Galicia las movilizaciones, contra las prácticas que previsiblemente llevará a cabo el que será el nuevo Gobierno de España, tuvieron lugar en A Coruña (10.000 asistentes según el PP, 6.500 segundo a Delegación del Gobierno), Pontevedra (entre 4.000 y 10.000 mil personas), Lugo (entre 2.500 y 4.000) y Ourense (entre 300 y 4.000), todas ellas encabezadas por los léemelas «Pola igualdad de los españoles», «No a la amnistía» y «España no se rinde».
En las marchas, en las que participó el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, y buena parte de los conselleiros del Gobierno gallego, se leyó un manifiesto (único para todo el Estado) que alertó de que la democracia está en peligro y en la que se acusó al Partido Socialista de «atacar» a la Constitución y a la separación de poderes.
El manifiesto fue leído en cada una de las ciudades por los responsables provinciales del partido (Diego Calvo en A Coruña, Elena Candia en Lugo); en Ourense lo hizo el también presidente de la Diputación, Luis Menor. Y en Pontevedra (donde se desplazó Alfonso Rueda) el encargado fue el ex ciclista Óscar Pereiro. Precisamente en Pontevedra la lectura del manifiesto en gallego provocó protestas de un grupo de los asistente a la marcha, que le pedían a Pereiro que lo hiciera en castellano.