Este sábado, 1 de julio, se celebró la 26.ª edición del Asalto al Castelo de Vimianzo, al que acudieron millares de personas durante todas las jornadas y actividades previas. Numerosa también fue la asistencia al concierto de las Tanxugueiras, que actuaron previa revuelta irmandiña, y también del propio Asalto, que desde el pasado año está declarado de Interés Turístico de Galicia.
El Asalto al Castelo de Vimianzo es una singular fiesta que se celebra el primer sábado de julio desde hace más de dos décadas. Una celebración que nacía en el seno de una asociación de amigos y que poco a poco involucró a toda una villa y comarca. Ese espíritu sigue vivo, la entidad organizadora es Cherinkas, sin ánimo de lucro y formada por gentes de la Tierra de Soneira, coorganizador junto con el Ayuntamiento de Vimianzo y Axvalso (entidad que inició la fiesta), y la colaboración de otros colectivos sociales de toda la comarca.
El Asalto se inspira en la Gran Guerra Irmandiña que comenzó en 1467 en toda Galicia, momento en el que el pueblo se levantó contra el poder abusivo de los señores feudales. Trasladando estas revueltas al presente, el Asalto ofrece un amplio abanico de personajes y situaciones que de alguna manera simbolizan las injusticias del mundo moderno y muestran los problemas del mundo actual. En estos años se conmemorará los 550 años de la derrota irmandiña.

La representación suele realizarse en clave de humor, surrealismo e ironía, y cuenta siempre con la participación activa del público. Los asistentes se convierten en asaltantes y comparten escena con la persona guerrera, maga, defensores y todos aquellos personajes que se vayan creando para cada edición en historias diferentes. Estos personajes guían a los participantes en un percurso físico hacia el castillo, donde se realiza la toma simbólica del mismo.
El espectador pasa a sentirse un irmandiño más, llevándolo a vivir una aventura fascinante: se dejará hipnotizar por la maga, usará antorchas para alumbrar el camino, llevará un ariete para romper la puerta de la fortaleza, luchará contra los defensores con globos de agua cómo única arma y se dejará encantar por cada uno de los hechos que acontezcan.
La representación teatral supone el eje de la fiesta en el que se encajan los conciertos de la noche, todos con tono reivindicativo o sonidos de las músicas del mundo, donde no puede faltar el folk. Pero hay más, a lo largo de todo el día quien se acerque a Vimianzo tiene un gran repertorio de actividades a las que acogerse. Pensadas tanto para pequeños como para mayores, ambientadas, por supuesto, en el espíritu medieval. Entre ellas destaca la gastronomía, con los Pinchos irmandiños (pinchos del siglo XV en la hostelería local).

Dado que el festival es de entrada libre no hay sistemas de control de público exactos, mas con las estimaciones pertinentes de aforo y aglomeración de personas se estima que en la noche del Asalto viven la fiesta entre 6.000 y 7.000 personas.
En definitiva, esta es la fiesta del Asalto al Castelo de Vimianzo, a gran fiesta irmandiña de Galicia. Una fiesta referente y diferente a las demás ferias históricas: hecha por el pueblo y en la que nadie se siente extranjero.