El Sindicato Labrego Galego celebró este sábado en el local social de la Liga Santaballesa (Santaballa, Vilalba), el primer Encuentro Nacional para la Defensa de la Tierra, donde se citaron organizaciones y colectivos que, de una manera u otra, luchan contra el acaparamiento de tierras en Galicia. Así, además del SLG, participó más de medio centenar de personas, muchas de las cuales representaban a colectivos como Asociación Cultural El Iribio, Asociación de Afectados por las Pizarreras del Valle del río Baos, Asociación Petón do Lobo, Agua Limpia Ya!, Coluna Sanfins, Comisión de las Minas de la Terra Chá, Comisión de Seguimiento de la Minería y Defensa del Rural de Mesía-Frades, Comunidad de Montes de Tameiga, Contraminacción, Instituto Gallego de Tierras Comunitarias, Mina Touro O Pino No, No Eólicos Ordes, Salva la Selva, Salvemos la Comarca de Ordes, Salvemos los Bosques de Catasós, Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes, Verdegaia y Víspera de nada.
La jornada Nacional en Defensa de la Tierra comenzó con las intervenciones de Margarita Prieto Ledo, coordinadora del SLG en la Terra Chá; y de Isabel Vilalba Seivane. De su introducción, se tiraron datos preocupantes, como el hecho de perder, en los últimos treinta años, el 20% de nuestra superficie agraria útil, unas 150.000 hectáreas.
Hoy, Galicia tiene uno de los porcentajes más bajos de la UE de tierra agraria: menos del 22%, frente a un promedio comunitario que se acerca al 40%. Los expertos dicen que, para tener un sector lácteo competitivo, deberíamos mirar el ejemplo de Irlanda. No les falta razón, pero acontece que más del 70% del territorio irlandés es superficie agraria. Por lo contrario, en Galicia, la superficie dedicada a eucalipto se duplicó desde 1986, pasando 425.000 hectáreas.
Entre las nuevas amenazas para la tierra en Galicia estarían aquellas ligadas al ya conocido como el capitalismo verde y la producción de energías supuestamente limpias: la proliferación de parques eólicos, la extracción de minerales ligados al relevo del petróleo por electricidad (cobre, litio, tierras raras, etc.) o la construcción de la mayor planta de biomasa de España en Curtis de la mano de Greenalia son tres buenos ejemplos. Este último caso hace temer que se intensifique aún más el cultivo de eucalipto para suministrar de materia para quemar y, en cuanto a los eólicos, las previsiones apuntan la que, en breve, Galicia llegará a tener 187 parques con 4.000 Megavatios de potencia. Además del acaparamiento de tierras, Isabel Vilalba también llamó la atención sobre la degradación de la que queda.
La deficiente gestión de los desechos, como purines de la ganadería industrial o los lodos de depuradora, están creando un problema ambiental de proporciones aún desconocidas y contaminando con tóxicos amplias superficies del territorio y los recursos hídricos de Galicia. A esto habría que añadir el problema de la desertización, con más del 40% del suelo gallego degradado por los incendios, los eucaliptos y la escasa aportación de materia orgánica a la tierra que favorece su erosión. Finalmente, la secretaria general del SLG señaló cómo colaboradora e instigadora necesaria de todo este proceso a la propia Xunta de Galicia gobernada por el Partido Popular. Su apoyo incondicional y activo a las diversas formas de acaparamiento de tierras tiene su mejor expresión en las diversas leyes que creó o en las que está trabajando para facilitar el acaparamento de tierras: la Ley de Fomento de Actividades Empresariales, más conocida como Ley de Depredación; o la Ley de Evaluación Ambiental, conocida como Ley de Prevaricación, son la expresión de esto último.
Posteriormente, las personas participantes trabajaron en grupos cuya temática deja constancia de las diversas frentes en las que se expresa el acaparamiento de tierras en Galicia: minería, parques eólicos, forestación de tierras agrarias y monocultivos forestales para biomasa y producción energética, urbanismo e infraestructuras, ganadería industrial y, finalmente, un grupo mixto para analizar otras formas menos conocidas de usurpación de nuestro territorio.
El trabajo continuó por la tarde con la intención de plasmar todas las ideas debatidas en propuestas de acción concretas alrededor de cuatro ejes: la necesidad de que la sociedad gallega reciba información transparente y veraz sobre este tema, la puesta en marcha de políticas orientadas al cumplimiento de un modelo de ordenación territorial, la simbiosis entre los modelos productivos y de consumo para que sean acordes con la protección de la tierra y, como no podía ser de otra manera, las diversas formas de movilización social para conseguir todo esto.